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Somos ILP Abogados. Una firma de abogados y por tanto, en si mismo, es un negocio; un negocio de profesionales que prestan servicios de naturaleza legal basados en la máxima confianza.

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Las firmas de todo el mundo tienden a generar confianza (1) a través de su marca; (2) por referencia a diversos ratios: premios, reconocimientos, rankings, ingresos por socio, número de abogados, número de oficinas, número de países, números de horas pro bono, respeto a la diversidad, respeto al género ….y (3) a invocar valores, como el compromiso, el rigor, la dedicación, la calidad, el talento, incluso algunos, la innovación.

ILP Abogados no sigue ese patrón; intentamos que todo sea más sencillo: Somos una firma construida sobre relaciones profesionales a largo plazo; de un lado necesita la confianza del cliente y de otro, que el cliente se gane nuestra confianza. Ambas son necesarias.

Y entre nuestro negocio y la mutua confianza, tiene que haber un equilibrio constante, cultivado por ambas partes, solo así entendemos la relación entre el cliente y el abogado.

Si percibimos más de lo que prestamos, la relación quebrará; si percibimos menos, también. Es cuestión de tiempo. Por ello tenemos a su disposición un cuadro de honorarios profesionales que aplicamos por igual a todos los clientes:

Si no está de acuerdo con esta declaración, esta no es su firma. Pero no se preocupe hay muchas más.

Si está de acuerdo con esta declaración, adelante, comencemos.

Nuestros principios no son declaraciones de ternura

Nunca solemos hablar sobre la calidad, la eficiencia, el compromiso, la excelencia,  los altos estándares, la diversidad, la igualdad de género, la responsabilidad personal, ni tampoco sobre los
rankings ni los premios o reconocimientos obtenidos…

Tampoco vemos a nuestros clientes como nuestros socios.