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Dos nuevas aportaciones gastronómicas ovetenses

Dos aportaciones gastronómicas ovetenses.

1 Casa Rosina (Colloto)

Cuando uno se sienta en una mesa de la terraza de Casa Rosina en Colloto, Oviedo, tiene la entrañable sensación de estar comiendo en la Trattoria de Enzo o en la Osteria de San Calogero.

Casa Rosina no es un Restaurante Italiano. Tampoco la Trattoria de Enzo o la Osteria de San Calogero, son restaurantes reales. Pero pocos como el escritor italiano Andrea Camilleri, han definido mejor (y tantas veces) la comida casera. La comida casera es  el pescado fresco bien frito, los salmonetes, los canolli etc.  El placer de la comida casera, sencilla, genuina, en definitiva.

Y eso es Casa Rosina: un lugar poco accesible, extraordinariamente ruidoso (la autopista transcurre apenas  a 15 metros), frecuentado casi exclusivamente por locales, pero por amantes del pescado fresco, de la cocina casera.

Situado a las afueras de Oviedo, en Colloto, Casa Rosina ofrece platos del mar (lomos de merluza a la sidra, chipirones frescos encebollados, calamares frescos en tinta y el verdadero “pescado del día”, al horno) y de la tierra (lechazo, entrecot, cachopo). Pero si alguno se lo puede permitir (y no hablo de dinero precisamente), puede optar por “Güevos con chorizo de casa” o con jamón ibérico, o una buena fabada o fritos de merluza …

Todo es delicioso.

Y además, para los amantes / esclavos del tabaco, tienen una buena terraza en la que si el tiempo lo permite …

¿Precio? Irrelevante.-

2 El Foralín

Félix Martínez ha tenido el viento de cara muchas veces. Para comenzar es Llanisco, que no es un mal principio.

Luego tuvo la fortuna de tantos otros jóvenes cocineros españoles. Se fue a vivir el auge de la gastronomía en España. Y así rotó (como tantos otros) por algunos de Restaurantes de los grandes maestros de la cocina.

Si muchos empresarios españoles tuvieran la fortuna de forjarse codo con codo, una temporada, seis meses quizás, alternativamente con Goirigolzarri, luego con Pablo Isla, luego con Juan Roig … etc. Probablemente la calidad del empresariado español subiría de modo significativo. Esa es la gran fortuna de los cocineros españoles y Félix Martínez es uno de ellos.

En El Foralín se pueden degustar delicias como la tortilla de bacalao con sus callos en salsa verde. O también  el pulpo de pedrero rustidoy. O también el Lomo de Bonito o una muy particular versión del Codero a la Estaca; o también el Pan de “Xata” al vapor relleno de carrillera y rabo de ternera. O definitivamente, los callos de ternera. Bueno claro y  la fideuá campera de liebre …

Ubicado muy próximo al Teatro Campoamor. El Foralín es agradable, moderno, con esa decoración neoyorquina que tanto abunda hoy en día …

El servicio es delicado y amable.

¿Y el precio? De nuevo irrelevante.-

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