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¿Cómo invierte Steve Anderson, el lobo solitario de “Silicon Valley”?

Hace un año, Threadflip, una plataforma de venta de ropa entre particulares cerró. Esta empresa había levantado 21 millones de dólares, de 7 inversores en 3 rondas. De los cuales al menos 1 millón pertenecían al fondo Baseline Ventures, fundado y dirigido por el merecido nº2 de la famosa lista de Midas de Forbes: Steve Anderson.

Pese a los ocasionales fracasos, este inversor tiene una rentabilidad más que asombrosa con inversiones en compañías como Instagram o Twitter. Su especialidad son las aplicaciones y el software, todo lo que tenga que ver con cuasi-infinitas sesiones de programación en distintos idiomas parecer ser “su nicho”. También es requisito el estadio de las compañías en las que invierte que suele ser extremadamente prematuro. La gran mayoría (por no decir todas) llegan experimentan cambios radicales en su modelo de negocio. Steve Anderson, se encuentra cómodo en esta inconsistente locura de los Fundadores.

Esta información nos puede ayudar a comprender mejor, porque, este inversor de 47 años tiene un estilo tan peculiar a la par que rentable. Las razones que nosotros hemos observado son las siguientes:

  • Compite con la competencia, pero no contra ella: Esta afirmación, puede ser peligrosa si no se entiende correctamente. Cuando hablamos de competir nos referimos a él, no a sus participadas, su afán por llegar el primero y por ser una pieza clave en el éxito de una empresa de reciente creación no cancela la idea de tener que convivir con otros inversores y atender a sus peticiones y propuestas. La diversidad generada por la pluralidad de inversores experimentados, es una penitencia más que rentable en casi todas las ocasiones. Esta idea fácil de digerir por el lector, resulta difícil de asimilar por sus compañeros de sector, el capital – desgraciadamente – es un bien que brilla por su abundancia, y los inversores, como normal general buscan la facilidad de gestión y la exclusividad del capital con sus inversiones.
  • La búsqueda del “Market Fit”: La aceptación del producto en el mercado es el primer pilar sobre el cual cualesquiera ideas de negocio han de sostenerse. El ajuste al mercado de los productos es una conditio sine qua non para poder traspasar una idea de valor a los futuros clientes y por lo tanto es indispensable para desarrollar un plan de negocio viable. Steve Anderson busca esto, un producto que persiga el “Market Fit” e invierte en la persecución del objetivo, no en el objetivo cumplido, lo que nos lleva al siguiente punto.
  • Planta la semilla para recoger los frutos: Pese a lo increíblemente obvia que resulta la afirmación que inicia este párrafo, el capital semilla es un arte difícil de amaestrar. Entrar en empresas en tan precario estado de gestación le permite invertir en las personas, e intervenir en la idea. Pocos Capital Riesgo tienen el valor de entrar en el estadio al que entra Steve Anderson, y esto le da una ventaja competitiva sobre el resto. El inversor solitario, invierte y ayuda, y como se puede ver en diversos medios suele entra en primeras rondas para después ampliar en las subsiguientes, esto lleva a aparejado una dificultad extrema en relación a la gestión del riesgo de lo que hablaremos en el siguiente punto.
  • No te conformes, modifica el resultado probable: 9 de cada 10 Startups fracasan, esas cifras deberían ser demoledoras para Steve Anderson, pero él, no se las aplica. Mediante la cooperación con los creadores de sus App´s consigue aumentar significativamente las posibilidades de éxito de sus participadas, los conocimiento de gestión y del sector de creación de software (en los términos más amplios posibles) convierten a Steve Anderson, no solo en una extraordinaria baza para dar entrada a nuevo capital si no, en un extraordinario activo para aquellas empresas que le puedan sorprender. Su inestimable participación en sus participadas podría ser valorado incluso por encima de la inversión de capital que realiza.
  • La programación es su santo grial: Todas sus participadas son acuñadas tras incontables jornadas de programación. Podríamos argumentar que su sector son las App´s o el software, pero en realidad su auténtico sector es la programación; lo conoce y no sale de ahí, combate la comodidad de actuar dentro del ámbito de su experiencia con la incertidumbre de entrar en estadios muy prematuros, con el objetivo de no estancarse en su zona de confort. Aun así, Steve Anderson revela mediante sus actos que es un fervoroso defensor del proceso creativo y que no solo aloja sus preocupaciones en la búsqueda de negocio.
  • La paciencia es la madre de la ciencia: Steve Anderson reconoce que realiza sus inversiones casi siempre con anterioridad al lanzamiento del producto, esto implica esperar, dar tiempo al equipo a que perfile el producto. Esto hace que los criterios habituales: escalabilidad, competencia, mercado… etc., devengan menos importantes en relación con la calidad fuerza del equipo en el que inviertes, su calidad tanto intelectual como humana y factores que al fin y al cabo son determinantes. El inversor que busque gangas y capacidad de intervenir en el producto desde el principio debe saber esperar, dejar trabajar a los profesionales y sobretodo: confiar, en el equipo que produce la idea y respetar, la idea de que su dinero está en riesgo.

Steve Anderson ha obviado todas las reglas de juego de Silicón Valley y se ha convertido en el “ejército de un solo hombre” más eficaz y valorado del panorama internacional. Su fijación por entrar en estadios tempranos en conjunción con su alto grado de acierto, pone de relieve las carencias que acarrean hoy en día las startups, lo cual, bajo la humilde opinión de este joven redactor, lo convierte en un auténtico activo para las empresas, alejándolo de un mero inversor de capital.

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