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Dos de buen gusto «Abril»

BACIRA, MADRID


UN DESCUBRIMIENTO

Desde que a finales de 2014, recién abierto, estuvo varias semanas en la primera posición en relación calidad/precio de Madrid según tripadvisor y hace menos de un año la web 11870 lo distinguió entre los 49 locales de Madrid con 5 estrellas, teníamos ganas de ir. Por fin surgió la oportunidad.

Bacira es un antiguo bar enclavado en mitad del barrio de Chamberí, en la esquina de las calles de Sagunto y del Castillo, muy cerca de la castiza Plaza de Olavide. La remodelación no ha sido extensiva y el local sigue teniendo alma de bar, aunque esté repleto de mesas y de columnas.

Unas 15 mesitas arriba y otras 5 y los baños abajo. La cocina se encuentra detrás de la barra. La parte de arriba goza de una amplia luz natural. Servicio atento y obsequioso sin largas esperas entre plato y plato. La carta es “diferente”, claramente de fusión. Sé que lo mismo se puede decir hoy en día de la carta de muchos locales, pero créanme, esta lo es.

De aperitivo nos sorprendieron con un gazpacho de remolacha con yogurt griego y huevas de mújol, delicioso. Empezamos con un ceviche de gamba blanca de Huelva y vieiras a los 3 ajís, un plato que resulta a la vez fresco y picante, soberbio. Niguiri de anchoa de Santo- ña con aguacate y pico de gallo, notable el deje mexicano. Muy sabroso el rollito de pato a la naranja con tres tipos de setas. Los chipirones a la plancha con morcilla y mollejas de cordero glaseadas nos descolocaron, uno a uno los ingredientes estaban buenos (espe- cialmente la morcilla) pero nos pareció que la fusión no favorecía en este caso. Acabamos con un mollete de mollejas de ternera con chimichurri, menta, pepino y ají amarillo que resultó ser un gua bao (bocadillo taiwanes) sorprendentemente fresco (por el pepino) pero con sabor fuerte (por el chimichurri), impecable.

Comida muy variada para 2 (bebidas aparte) por 57 euros.

LA MALAJE, MADRID

BIEN LO BANAL, MAL LO SUSTANCIAL

Un planazo en Madrid para el sábado. Teatro en La Latina, birras por Lavapiés y cena en un sitio bien recomendado de la zona, La Malaje. Tarde/noche completa. Teatro razonable, birras bien, cena una decepción.

Vamos a La Malaje. Si de primeras no cazamos la pista del nombre, no importa. Según entra- mos escuchamos música de Estrella Morente y al preguntar al camarero por las cervezas que trabajan, nos responde que Alhambra y Mezquita. Andaluz sin duda.

Local en la calle de Relatores, en el linde de Lavapiés y Sol. Barra, zona de tapas y 7 mesas en al fondo en zona amplia y suficientemente separada. Algo ruidoso pero bastante cómodo. Servicio muy amable, con gran disposición y buen ritmo. Carta sugerente y diferente. Promete. Desgraciadamente entrega poco.

Picoteo de tomate aliñao, agradable al gusto pero algo pasado de textura, chips de alcachofa, correctos pero hemos probado mejores, y mojete de papas con chocos culminado con un hue- vo frito. Esto ultimo, sin duda, lo mejor de la noche. Una mezcla de sabores muy apreciable.

Fuimos a peor con los segundos platos. Probamos el jurel escabechado, decepcionante. El bocata de carne mechá, muy por debajo de las “pringás” que se pueden tomar en el bar Las Columnas en Sevilla. Las chuletitas de cordero en salmorejo que no nos parecieron de cordero adulto, sino más bien de cordero viejo. También las vieras en salsas de azafrán que resultaron pelo crudas y algo insípidas. Finalmente de postre compartimos el resoli al plato, olvidable. La dolorosa fue de lo mejor de la cena, razonable.

Cena para cuatro (bebida aparte) por 115 euros.

Lo pasamos bien, disfrutamos mucho, pero cenamos mal. Muy bien lo banal (espacio y servicio) y decepcionante lo sustancial (la comida).

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